lunes, 27 de agosto de 2012

Castillo de Puñoenrostro

Domingo, 08:30 horas y como destino, Castillo de Puñoenrostro, en Seseña, tal y como se había  acordado con anterioridad a la cita. Este castillo data del Siglo XIV y fue cedido por Enrique IV a Diego Arias de Ávila, contador y secretario del monarca. Nombrados condes de Puñoenrostro sus sucesores bajo Carlos I, en 1862 lo vendieron junto a la dehesa que lo rodea, siendo de titularidad privada desde entonces.

Crónica Puñoenrostro y el secreto del milano negro hembra
por Cuéllar

Como viene sucediendo las últimas semanas, se siguen acusando las bajas estivales, componiendo la marcha Maroto, Damián y Cuellar.

Antes de salir surge el debate de qué camino coger hasta Seseña; Maroto había preparado el destino pero no la ruta. Como yo ese día había desayunado bien, propongo ir por Borox, por la cuestecita que tanto gusta a Damián.

 

Es a medio camino entre Villeriche y Borox cuando empiezo a pensar porqué no habría mantenido la boca cerrada, ya que al parecer los desayunos de Damián y Maroto habían sido más abundantes que el mío, incluso el del cincuentón subido en un hierro con ruedas, por la velocidad que me pasa a mitad de la cuesta… Pero al fin llego arriba, y allí encuentro a Damián, sustituyendo a Luis en las capturas fotográficas y a Maroto, haciéndose el cansado para no dejarme mal.

Gracias a mi retraso (¡subiendo la cuesta!) llegamos al olivar de la entrada de Borox justo a tiempo para ver pasar a un “milano negro” a muy baja altura, encandilándonos con sus movimientos, de los que deducimos que se trataba de una hembra, a pesar de no tener ni idea de ornitología ninguno de los tres (no pudimos echar fotos, seguro que se hubiera asustado).


Ya en Borox visita obligada a la plaza y su fuente, de la que tenemos que convencer a Damián de que por mucho que deje correr el agua no iba a salir menos caliente y tras varios minutos y muchos litros después, continuamos la marcha dirección Esquivias.

Ya faltaba poco. Desde las canteras de Esquivias divisábamos un paraje verde que destacaba sobre los campos amarillos de La Sagra, deduciendo que debía ser el lugar donde se ubicaba nuestro destino, el castillo de Puñoenrostro de Seseña.


Una vez en Seseña y tras las indicaciones de una chica que paseaba a su perro bien temprano, llegamos al castillo; fotos de rigor, avituallamiento y vuelta para Illescas, cambiando la conocida “cuesta de Yeles” por la de Cisneros, más prolongada y menos pendiente, pero igual de dura (al menos para mi; Damián y Maroto continuaban sacando rendimiento de su desayuno).

Ver Todas las Fotos de la Ruta
Cuartel de Illescas, fin de la jornada después de dos horas y unos 40 kilómetros sin incidentes. Al igual que los anteriores, buena ruta y buena compañía.


Distancia Aprox. 40 Km.
Dificultad: Media

Está claro que el desayuno es la comida más importante del día.
Anímate La Sagra te espera.
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