Entre Atochas y Albardines

Jornada de reconocimiento de los alrededores de Alameda de La Sagra.
Nuestra NO presencia en La Sacacorchos obligaba por lo menos a conocer la zona y sus posibilidades; Y la verdad el sitio promete.

Crónica Entre Atochas y Albardines
por Alfredo

Otro viernes tarde, otra salida. Puntuales Maroto y Luis me esperan en la puerta de mi casa en Villaluenga. Rápido repaso a todo lo que llevamos, verificamos la presión de las ruedas y nos echamos a rodar por la carretera de la estación rumbo a Cobeja.

Tras pasar la vía del tren por la carretera a Cobeja, la abandonamos por la derecha para ir a buscar la depuradora de Villaluenga con la vía del tren siempre a nuestra derecha, aquí Maroto tiene un enganchón con una roera y no le da tiempo a sacar el pie del automático, se cae casi parado, típica caída de automáticos.

Pasada la depuradora, nos desviamos a la izquierda para salvar por otro puente la autopista Madrid-Toledo. La charla es animada y avanzamos con tranquilidad bordeando las ladrilleras de Cobeja y tras cruzar el arroyo del Guatén entre maizales ya vemos el inicio de la cuesta que nos va a subir hasta Alameda de la Sagra.

Después de pasar sobre las vías del AVE el camino empieza a inclinarse hacia arriba y pasada la autovía de La Sagra comienza la verdadera cuesta entre olivos que va a terminar en las mismas puertas del campo de fútbol de Alameda. Como de costumbre pierdo rueda de Maroto y Luis que me esperan arriba hasta que recupero el aliento.

Vamos bien de tiempo y acordamos dar una pequeña vuelta por la zona para conocer los caminos que se adentran en los vallejos que bajan hasta el Guatén. Desde Alameda seguimos dirección Añover para tomar un desvío que nos mete en un rápido descenso por uno de estos vallejos entre olivos y pinos acabando en un muro de apenas 50 metros de plato pequeño y piñón generoso.

Paramos en un cruce de caminos para admirar la zona y los tres nos quedamos asombrados de las cuestas que se veían desde allí, algunos desniveles nos parecían imposibles a Maroto y a mí, Luis aseguraba poder superarlos. Pero hoy no era el día, querido.

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Decidimos dar la vuelta y en eso que nos encontramos una bajada a cañón entre atochas y albardines por la que nos tiramos con más precaución que vergüenza (la próxima vez sabremos arriesgar más). De nuevo Luis intentó tenderme una emboscada en forma de subida imposible, pero me cerré en banda y conseguí hacer volver al grupo bordeando los terraplenes que se desploman al valle hasta llegar al punto donde comenzamos a ascender al lado de la autovía de La Sagra.

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Desde aquí desandamos el camino hasta Villaluenga, donde nos espera una jarra fresquita en la terraza de El Portón.

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Distancia Aprox. 33 Km.
Dificultad: Baja

Una zona por descubrir. Anímate La Sagra te espera.